viernes, 29 de agosto de 2014

¡Dejemos jugar a la creatividad!

Por Esteban G. Santana Cabrera
El lugar de recreo favorito de los niños del siglo pasado era sin lugar a dudas la calle, la plaza, el pilar, los charcos o los estanques.  Muchos de los juegos que realizaban son hoy en día una verdadera  joya de nuestra cultura. Por ello me reuní con algunas personas “mayores” que yo para que me contaran a qué jugaban cuando eran “pequeños”, en una sociedad donde no había parques, ni centros comerciales, ni ordenadores ni televisión, casi ni acceso al cine, pero la creatividad brillaba por sí sola.

La sociedad ha avanzado, ya casi no hay escuelas que impartan enseñanza diferenciada y  las diferencias entre los juegos femeninos y masculinos no son tan notables como antes, gracias a Dios. Chiquillos y chiquillas no se revolvían salvo escasas excepciones como con uno de esos juegos que consistía en subir los peldaños de la escalera de la plaza con las manos, haciendo el pino. Santiago y José “el Negro” eran expertos en esta materia, demostrando su gran fuerza, aunque Fefina Villegas, adelantada para su tiempo en esto de buscar la igualdad de sexos, no tenía nada que envidiarles, así que se recogía la falda entre las piernas y allí iba ella a subir las escaleras con las manos como Dios manda. ¡Hoy en día nos mandarían al guardia!.

Mis interlocutores me hablaron de otros juegos que ya ni suenan como “Palito Salvo” que  era de los preferidos de los chiquillos, con dos equipos y donde un jugador llevaba un palo en la mano y debía tocar la pared sorteando a los del  bando contrario su equipo entretenía a los contrincantes, una vez que conseguía burlarlos tocaba la pared al grito de “¡palito salvo!” Planto era  otro juego que, según me cuentan, hoy en día se pondría el grito en el cielo porque era de los que se “daba leña” y en que la rapidez y la audacia eran imprescindibles. Se jugaba con ocho niños, seis de ellos se colocaban en diferentes puntos mientras otros dos corrían. Uno de ellos, el perseguidor, tenía un cinto en la mano; el perseguido corría cuanto podía evitando ser golpeado por los “cintazos” que le propinaba el otro. Cuando el perseguidor se cansaba, a modo de relevo entregaba el cinto a otro jugador sin que el que huía se enterase, de manera que el desesperado corredor no sabía a ciencia cierta de quién debía huir. ¡Alguno se llevó unos buenos cintazos!  El nombre del juego viene del grito que lanzaba el perseguido para pararse y que otro siguiera corriendo y éste era "planto". ¡Hombre, ni tanto ni tan calvo! ¡Hay juegos y juegos!

Otro de los juegos de los que me hablaron estos sabios, no por viejos, fue “Calimbre”, donde también se formaban dos equipos con un corredor cada uno. El gran grupo corría, cuando era capturado al aviso de “calimbre” era colocado en una especie de cárcel. Ganaba aquél que tuviese más cautivos. Una variante de este juego era “Pincho la Uva”,  que se desarrollaba igualmente pero en lugar de “calimbre” se decía “pincho la uva”.

Hablando con ellos recordé uno que jugaba en el colegio y en la plaza,  “La Piola”, en el que un saltador iba sorteando obstáculos que no eran otros que niños agachados. Huevo, araña, puño, caña, en la que se hacían filas larguísimas de niños agachados unidos unos a otros. Se trataba de saltar cuanto más al inicio de la fila se pudiese. ¡Nos dábamos cada trastazo!

En esa época, y hablo del siglo pasado claro está,  había otros juegos que parecían ser exclusivos de las chicas y que, en general, contenían cancioncillas o romances” como “la gallinita ciega”, “los corros”, “la soga”, "el teje", “el anillito” o “las prenditas”.

Tristeza  nos da que nuestros niños apenas jueguen hoy en día más que a las maquinitas y estén todo el rato sentados delante de la tele porque los padres estamos ocupados trabajando. La escuela puede jugar un papel importante  para cambiar y hacer que nuestros niños y niñas jueguen más, se relacionen más entre ellos y contribuir a compensar esas carencias. Apostemos por fomentar la creatividad de los niños de ahora y no les demos todo hecho. Que jueguen. Que construyan ellos su propio aprendizaje y sus propios espacios de juegos. De nosotros, los docentes, depende. Dejémonos sorprender.

viernes, 22 de agosto de 2014

Docente, ¿hasta cuándo vas a permanecer en tu zona de confort?

En el ámbito educativo se habla muy poco de la zona de confort, cuando debería tenerse muy en cuenta porque tu profesión, la profesión de docente, tiene una marcada tendencia a la comodidad, el conformismo, la rutina, el aburrimiento, etc. El sistema educativo actual está pensado para anestesiarte, para adormecerte, para que te establezcas definitivamente en tu zona de confort y no salgas nunca más de ella. ¿Y por qué debe ser así? ¿Por qué no arriesgarse a adquirir nuevos conocimientos, a cambiar de metodología, a cambiar nuestra visión y nuestro comportamiento? Y ahora me dirás, ¿cómo hago esto? Sigue leyendo este artículo y te daré alguna de las claves.
Zona de confort
Imagen extraída de Shutterstock

¿Qué es la zona de confort?

La zona de confort no es más que un estado en el que te sientes seguro porque tienes un dominio de lo que haces así como de tus acciones. Y son cómodas porque son conocidas. Lo malo es que aunque sean cómodas, muy probablemente muchas de ellas no te gusten y no haces nada al respecto para cambiarlas.

Tres ejemplos de lo que entiendo como zona de confort.

1. Libro de texto. Para mí es el mayor enemigo que existe para el docente en la actualidad. El libro de texto represente la falta de libertad, el hecho de que estás a merced de lo que dice un libro en lugar de ser tú el que decide qué y cómo enseñar. Si quieres salir de la zona de confort debes replantearte seriamente qué te aporta un libro de texto, cuál es el precio que pagas por la comodidad de que te den todo hecho. A continuación hazte estas preguntas:
  • ¿Qué porcentaje de un libro de texto no aprovecho?
  • ¿De qué otra manera explicaría este contenido que aparece en el libro de texto?
  • ¿Cuántas fotocopias de material extra he elaborado para mis alumnos mis alumnos?
  • Si pudiera hacer mi libro de texto, ¿cómo sería?
  • ¿Cómo enseñaría si no tuviera libro de texto?
2. Clase magistral. Te sientes a gusto explicando. Quieres hablar y que te escuchen. Te gusta lo que explicas, pero, ¿realmente interesa lo que explicas a tus alumnos? ¿Realmente crees que lo que explicas tiene algún provecho en la vida real? Si quieres salir de la zona de confort, debes empezar a plantearte otra forma de gestionar tus clases. Si decides hacerlo, puedes empezar haciéndote estas preguntas:
  • ¿Cuánto tiempo hablo durante una sesión lectiva?
  • ¿Cuánto tiempo dejo que hablen mis alumnos?
  • ¿He aprendido algo hoy de mis alumnos?
  • ¿Tengo clara la diferencia entre enseñar y explicar? Si es así, ¿cuál de las dos es la que predomina en mis sesiones lectivas?
3. Reuniones. Al principio de curso te dan el horario con la planificación de las reuniones. Estas reuniones te vienen dadas por horario y, por tanto, se sitúan automáticamente en tu zona de confort. Pero, ¿qué provecho sacas de cada una de ellas? ¿Qué capacidad tienes de incidir en dichas reuniones? Debes pensar que se puede hacer algo al respecto. para ello, para salir de tu zona de confort puedes hacerte estas preguntas:
  • ¿Por qué en todas las reuniones se debe agotar el tiempo que viene fijado?
  • ¿Cuántas son las reuniones a las que se llegan a acuerdos?
  • ¿Qué papel adopto en una reunión, activo o pasivo?

De la zona de confort a la zona de aprendizaje.

Se puede salir de la zona de confort. ¿Cómo? Dirigiéndote hacia la zona que se denomina zona de aprendizaje. En la zona de aprendizaje es donde das respuestas a todas las preguntas que te he formulado anteriormente, cuando empiezas a replantearte en qué consiste tu trabajo, cuál es tu nivel de satisfacción, qué te gustaría cambiar, en qué podrías mejorar y cómo podrías hacerlo. En muchas ocasiones las preguntas que debes hacerte son incómodas, pero absolutamente necesarias para dar un paso adelante. ¿Qué debes hacer en esta zona de aprendizaje?
  • Hacer preguntas e intentar encontrar las mejores respuestas.
  • Mirar la realidad que te rodea desde otro punto de vista.
  • Comparar y compararte.
  • Experimentar nuevos procedimientos.
  • Aprender de ti y de los demás.
De la zona de aprendizaje a la zona de pánico.
Cuanto más tiempo permanezcas en la zona de aprendizaje, más probabilidades tendrás de que los que te rodean, aquellos que permanecen en su zona de confort, que dan que vuelvas a ella, quieran darte miedo, quieren que te instales en la zona de pánico para que vuelvas con ellos. Son aquellas personas que no entienden otra forma de enseñar que la suya, son aquellas personas que no paran de repetir Es que siempre se ha hecho así… La zona de pánico es la más peligrosa porque intentará que retrocedas a tu zona de confort. ¿Por qué? Porque incidirá en tus emociones, en tus inseguridades, en las opiniones de los que te rodean. ¿A qué deberás enfrentarte? Aquí tienes una lista:
  • El error
  • El fracaso
  • El miedo
  • La vergüenza
  • El qué dirán
  • El ridículo
  • La crítica
  • La envidia
La zona de los retos. Más allá de la zona de aprendizaje. La toma de conciencia.
Cuando hayas interiorizado tu zona de aprendizaje y hayas superado la zona de pánico es cuando entras en lo que se denomina la zona de los retos. Ahora ya no eres el mismo o, mejor dicho, tienes las estrategias para desarrollar tu talento, tu conocimiento, aquello que has desarrollado en tu zona de aprendizaje. Y en ese momento es cuando aparece tu conciencia, cuando te das cuenta de hasta dónde has llegado, qué has conseguido, cómo era tu trabajo y cómo has conseguido transformarlo. La conciencia será la que te permitirá recordar quién eras y reconocer quién eres y hasta dónde has llegado. Así es cómo se consiguen los sueños, así es como se alcanza la felicidad.

10 aspectos que como docente he cambiado de mi zona de confort.

  1. He suprimido el libro de texto y he elaborado uno propio digitalizado.
  2. He transformado la clase magistral por una más clase más cooperativa.
  3. Siempre que puedo, intento ser yo el que decido el tiempo que debe durar una reunión.
  4. No enseño los contenidos por igual. Enseño más aquellos que me apasionan y que se me dan mejor.
  5. Por las tardes no realizo tareas productivas como la de corregir. Prefiero cuestionarme aspectos de mi trabajo y pensar la mejor manera de dar una clase.
  6. He suprimido la burocracia al máximo y la he concentrado en un sólo día.
  7. Ahora leo libros que no tienen nada que ver sobre educación. Una vez los he leído, intento aplicar lo que he aprendido de ellos a mi profesión. Este sin duda ha sido uno de los aspectos más significativos de mi zona de aprendizaje. En este enlace tienes, por ejemplo, el libro que consiguió sacarme de mi zona de confort.
  8. He dejado de quejarme para empezar a actuar.
  9. Paulatinamente iré cambiando la metodología de mis clases por el método de clase invertida o Flipped Classroom. De esta manera reduciré la explicación magistral y potenciaré el aprendizaje cooperativo.
  10. He introducido el juego como una forma diferente de aprendizaje. siempre he defendido la idea de que se puede y se debe aprender jugando.
A modo de conclusión.
En muchas ocasiones pienso que la creación de este blog ha sido sin duda el mayor remedio para salir de mi zona de confort. En cada artículo siento que estoy en mi zona de aprendizaje y que no paro de adquirir nuevos conocimientos. Unos conocimientos y una visión del mundo y de mi profesión que no todos los que me rodean comparten. Gracias a este blog tengo el pleno convencimiento de que salir de la zona de confort es posible, que tiene un precio, pero sin duda se trata de un reto absolutamente apasionante, un reto que no tiene otro destino que el de la felicidad. ¿Me acompañas?

Fuente: justificaturespuesta.com

miércoles, 20 de agosto de 2014

Los tejados de los centros de adultos


Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Estar la pelota en el tejado. fr. coloquial. Ser todavía dudoso el éxito de un negocio cualquiera.

Pues eso. Sin pretender ser alarmista, uno tiene la sensación de que determinadas tendencias que están desarrollándose en los centros de adultos tienen, siendo generosos, dudosas probabilidades de éxito. Es cierto que existen datos para el optimismo (el incremento del número de jóvenes matriculados sería, sin duda, uno de los principales), pero no lo es menos que también existen toda una serie de situaciones que habría que afrontar urgentemente para afrontar el futuro con ciertas garantías de éxito. Son "pelotas" que las administraciones y el sistema educativo chutan, cual tuercebotas balompédicos, a los tejados de los centros de adultos, eso sí, sin dotarlos de los recursos necesarios para devolverlas a la cancha en condiciones óptimas.

Quizá la "pelota" más evidente esté relacionada, paradójicamente, con el incremento del alumnado joven señalado anteriormente. Se ha hablado mucho sobre el elevado porcentaje de fracaso escolar en nuestro país. Este abandono prematuro, sumado a las dificultades para encontrar trabajo, provoca que muchos de estos alumnos decidan reemprender sus estudios en las escuelas de adultos. Hasta aquí perfecto. Genial, de hecho. Para eso estamos. No obstante, es muy habitual recibir en nuestros centros a alumnos con, cuando menos, expedientes académicos raros, raros (que diría aquel). Promociones in eternum hasta cumplir los 16 años (con la consecuente expulsión del sistema educativo), adaptaciones incomprensibles, ámbitos curriculares aprobados "por la gracia de dios" viendo las pruebas de evaluación inicial, alumnado procedente de PCPI con módulos pendientes del segundo nivel (¡!) de GES....

Teniendo en cuenta las elevadas tasas de paro juvenil (55% en el cuarto trimestre de 2013), parece evidente que uno de los perfiles estratégicos de los centros de adultos radica en estos chicos y chicas que pretenden obtener el graduado en educación secundaria o preparar las pruebas de acceso a ciclos formativos. Pues bien, ¿cómo detectar aquellos casos de necesidades educativas especiales sin los recursos profesionales adecuados?, ¿cómo atender a grupos heterogéneos de hasta 35 alumnos con profesionales sin formación específica para perfiles de adultos?, ¿cómo adaptar las exigencias de un currículum totalmente alejado de las necesidades e intereses de perfiles tan específicos y concretos?, ¿cómo enfrentarse a todos estos retos con plantillas menguantes y jornadas crecientes?

Sabiendo que estas y otras problemáticas son comunes en centros de todas las etapas educativas, la especificidad de los retos que deben afrontar los centros de adultos hace necesario precisamente eso: medidas específicas con las que hacer frente a estas nuevas exigencias. Crear plantillas "completas" con los perfiles profesionales precisos para atender adecuadamente la variedad de situaciones presentes en los centros de adultos, flexibilizar y revisar los currículums para adecuarlos a las necesidades e intereses del alumnado y establecer planes de formación específicos para el profesorado pueden ser algunos ejes sobre los que trabajar.

En definitiva, se acepta el reto. Pero quizá  sería conveniente una revisión de las condiciones de trabajo para tratar de no reproducir en nuestras aulas los patrones y entornos de trabajo que llevaron al abandono escolar a muchos de nuestros alumnos. Lo contrario solo nos llevará al "parchismo", a la improvisación y, en consecuencia, a la frustración constante. En fin, hay más "pelotas", pero ya si eso otro día...

martes, 19 de agosto de 2014

El tablero de las emociones

Les dejo con un recurso "El tablero de las emociones" para trabajar las emociones. 

Se forman grupos de cuatro alumnos a los que se les reparte una tarjeta a cada uno con el nombre de una emoción. Para elaborar las tarjetas se puede utilizar este listado de emociones.

Cada miembro del grupo, lee la emoción que le ha tocado y trata de representarla dirigiéndose a los componentes de otro de los grupos. 

Uno a uno, los miembros de otro grupo va realizando una fotografía de la emoción representada con la aplicación Skitch

Entre los 4 deciden que nombre ponerle a la emoción representada por cada uno de los miembros del otro grupo y lo escriben sobre la imagen utilizando la aplicación Skitch

Suben la imagen obtenida con el nombre de la emoción a la que creen que se corresponde a un tablero colaborativo dePinterest.

Una vez que los diferentes grupos han realizado todo el proceso y han elaborado el tablero, cada alumno señala la imagen que ha subido. El autor de la expresión confirma o rebate la afirmación. 

En los grupos de ocho alumnos, discuten cada una de las imágenes, tratando de llegar a un acuerdo sobre si ésta es acertada. Si deciden que la imagen no se corresponde con la emoción, entre todos tratan de obtener una mejor y la añaden al tablero,

Para finalizar, crean una narración colaborativa multimedia utilizando la aplicación Com-Phone Story Maker, en la que incluyan las imágenes de las 4 emociones, de manera escrita y narrada, tratando de reflejar rasgos de los protagonistas relacionados con las emociones trabajadas.

Fuente: creaconlaura.blogspot.com

domingo, 17 de agosto de 2014

Un kamishibai muy especial

Maria y el Kamishibai
La pintora María Sánchez y el kamishibai de la Fundación Cuatrogatos. Foto cortesía de Alexis Lago.
Si es cierto que el kamishibai nació en el siglo XII, en los templos budistas de Japón, los monjes de aquel remoto tiempo deben haberse divertido horrores dibujando y escribiendo los pergaminos (llamados emaki) que usaban como complemento visual para narrar fábulas morales a un público humilde y analfabeto.
Kamishibai significa en japonés teatro de papel o espectáculo de cuentos dibujados. Es una técnica de narración oral en la que el cuentista o gaito kamishibaiya se apoya en un escenario de madera en el que van apareciendo diferentes láminas a medida que avanza el relato.
El kamishibai tuvo un renacimiento a partir de los años 1920, como una forma de paliar la crisis económica que asoló a Japón en esa época. Se ha estimado que a principios de la década de 1930 en las calles de Tokio había alrededor de dos mil kamishibai callejeros en acción. Muchos desempleados se trasladaban de barrio en barrio con su kamishibai a cuestas (o en una bicicleta) con la esperanza de ganarse unas monedas narrando cuentos.
Al llegar a un emplazamiento, los gaito kamishibaiya golpeaban sonoramente dos pedazos de madera unidos por una cuerda (hyoshigi) para convocar a chicos y adultos. A menudo se trataba de historias con continuidad, y la audiencia quedaba a la espera del retorno del narrador para conocer qué le sucedía al héroe en el próximo episodio. Sin embargo, con el decursar del tiempo la narración se fue convirtiendo en un simple pretexto para atraer a las personas y venderles dulces, y se vulgarizó, descuidando su esencia artística y educativa.
La irrupción de la televisión en los años 1950 y, posteriormente, de los juegos de video, asestó un duro golpe a esta antigua tradición. Pero, rescatado por artistas y educadores, el kamishibai ha renacido con fuerza en las últimas décadas y su sencillo encanto ha conquistado a Occidente.
La Fundación Cuatrogatos también cuenta con su teatrillo (butai) de madera para leer y narrar cuentos utilizando esta técnica de más que probada efectividad comunicativa. Ahora bien, nuestro kamishibai tiene algo que lo hace único y especialmente valioso: sus tres puertas han sido pintadas por la artista plástica María Sánchez, quien, con su magistral uso del color y su imaginería característica, lo ha convertido en una obra de arte ambulante. Duendes, sirenas, ciervos, pájaros, flores… Un maravilloso pórtico que invita al auditorio a disfrutar de cuentos de distintas épocas y culturas.
Las posibilidades que aporta el kamishibai a las sesiones de lectura o narración oral para niños son insospechadas. La combinación de la imagen gráfica y de la voz crea un entorno mágico que propicia la concentración del auditorio y actúa como un detonante para la imaginación. Las nuevas tecnologías también han sucumbido a su encanto y se han diseñado programas que permiten diseñar versiones del kamishibai en las que el tradicional retablo es sustituido por las pantallas de la computadoras o de los televisores.
Dentro de unos días, el kamishibai de Cuatrogatos –intervenido magistralmente por los pinceles y la fantasía de María Sánchez– comenzará a hacer las delicias de distintos grupos de niños de Miami. Nada como la experiencia milenaria de reír, asustarse o conmoverse junto a otros niños, mientras un lector o un narrador hacen aparecer ante sus ojos una nueva lámina-universo…
Pueden sumarse a la comunidad de amigos de María Sánchez en Facebook visitando su página. Hagan clic aquí.
Fuente: 

viernes, 15 de agosto de 2014

Innovación eres tú

Cada día son más numerosos los ejemplos que muestran las bondades del saber fronterizo e híbrido y del viaje que va desde el orden y la disciplinariedad hacia el desorden y la transdisciplinariedad.
La historia oficial del conocimiento corre en paralelo a la historia de nuestra modernidad o, dicho de otra manera, nuestra modernidad se sustenta en un relato concreto sobre el dónde y el cómo surgen y se difunden el conocimiento y la innovación. Es el relato del orden y la clasificación frente a lo azaroso y lo desestructurado. Del progreso gracias a la parcelación y a la demarcación. Nuestra modernidad es una historia de éxito soportada en los pilares de la autoridad sancionada, la estandarización, la especialización, la reducción y la simplificación. Pero es también una historia protagonizada sólo por unos pocos y dominada por las leyes de la escasez, de lo considerado importante y de lo dominante. Un relato que tuvo que ignorar la complejidad, la diversidad, lo pequeño y lo marginal para ser eficiente. Y que ignorando esa complejidad, tuvo que dejar de lado otros relatos posibles, otros actores, otras tradiciones y otras maneras de ver y hacer.
Salida del bote salvavidas James Caird de la Isla Elefante: Expedición Shackleton. 1916
Salida del bote salvavidas James Caird de la Isla Elefante: Expedición Shackleton. 1916
La modernidad nos demandó simplificación y normalización. Simplificamos eligiendo, troceando, descartando, tomando posturas y excluyendo. Lo hicimos definiendo los espacios adecuados para la producción y la transferencia del conocimiento, las condiciones necesarias para el surgimiento de la innovación y las vías más adecuadas para la transmisión del saber, pero también dejando fuera mucho conocimiento, ignorando mucha innovación y apartando a muchos actores.
Los acontecimientos de las últimas décadas y de manera especial la irrupción de lo digital y de las lógicas digitales nos obligan (o mejor, nos permiten) a ver y a hacer las cosas de otra manera. En el ámbito de la gestión del conocimiento, la transformación digital nos invita a derribar muros y compartimentos y a sustituirlos por estructuras más porosas que favorezcan la mezcla y la hibridación. Cada día son más numerosos los ejemplos que muestran las bondades del saber fronterizo e híbrido y del viaje que va desde el orden y la disciplinariedad hacia el desorden y la transdisciplinariedad.
Hoy es ya evidente para todos que el conocimiento y la innovación son artefactos complejos y construidos, actividades humanas sujetas a valores, situadas, locales y fuertemente influídas por los contextos donde se desarrollan (Aprendizajes situados y prácticas procomunales. Lara y Lafuente). Hace tiempo que los lugares para el conocimiento, el aprendizaje y la innovación dejaron de ser espacios rígidos, cerrados y compartimentados para convertirse en estructuras abiertas y flexibles.

¿Qué es la innovación después de la Innovación?

Cuatro buceadores con trajes caseros, c. 1940s
Cuatro buceadores con trajes caseros, c. 1940s
Es abandonar el término Innovación, dejar de hablar por un tiempo de Innovación con mayúsculas. Olvidarnos de los grandes relatos, de los casos de éxito mil veces repetidos y de los términos grandilocuentes pero carentes de sentido para la mayoría. Despojar a la innovación de su carácter mítico, heroico, transformador, absoluto, inevitable y casi obligatorio. Dejar de lado, por un tiempo, conceptos que ocupan demasiado y resuelven poco como por ejemplo el de “innovación disruptiva” propuesto por Clayton Christensen (él mismo prefiere hablar ya de innovación híbrida). No se trata de invalidarlo. Se trata de poner el concepto en cuarentena, de cuestionarlo un tiempo, para después de un proceso más o menos largo de duelo, recuperarlo y volver a hablar de nuevo de innovación y cambio, pero ya no como algo que sólo pueden hacer unos pocos y en lugares concretos, ya no como algo abstracto y desprovisto de cuerpo sino como algo real, encarnado, concreto, situado y contextualizado, como aquello que hacen cada día muchas personas y muchos profesionales para resolver problemas y mejorar procesos.
Así la innovación después de la innovación sería lo que nos queda después de este proceso de expansión y ampliación. Sería la innovación producida por los olvidados, los que nos tienen voz, los privados de la palabra. Habría que adjetivar el concepto para descargarlo de su halo intocable y poder pasar entonces a hablar deinnovación mínima, de innovación real, de micro-innovación, de innovación amateur, de innovación invisible(Nirmalya KumarJohn HagelJohn Seely Brown), innovación modesta o de la innovación que surge en los márgenes, de la innovación marginal. Una innovación que no da nada por supuesto, no reclama grandes inversiones, ni espera reconocimientos. Una innovación que resulta de la suma de muchas pequeñas innovaciones, del trabajo continúo de muchos. Se trataría de recuperar aquellas historias que narran “lo pequeño y que nos muestran como modificaciones minúsculas llevan a grandes cambios” (A. Lafuente).

¿Cuáles son las rutas de la innovación educativa?

Son múltiples y diversas. No parten de los mismos sitios ni confluyen en un único lugar. Es un mapa complejo, reticular, descentralizado y desjerarquizado. Un mapa con múltiples preguntas y variadas respuestas. Casi más un atlas, al modo del historiador del arte Aby Warburg, un artefacto capaz de “reconfigurar el espacio, redistribuirlo, desorientarlo, dislocarlo allí donde pensábamos que era continuo, reunirlo allí donde suponíamos que había fronteras” (Georges Didi-Huberman). Una propuesta que conecta territorios y rutas tradicionalmente separadas.
Bicicleta con sidecar. ca 1940-45
Bicicleta con sidecar. ca 1940-45. National Museum of Denmark
Un atlas que nos muestra que hay, evidentemente, innovación en las grandes instituciones como Harvard y en los grandes ecosistemas innovadores como Silicon Valley, pero que también hay mucha innovación marginal, realizada en las pequeñas escuelas y en lugares remotos. Que hay innovación que surge en los centros pero también hay mucha innovación en las periferias y en los suburbios (Vídeo TED), tal y como señaló hace unos años Charles Leadbeater. Un atlas que reconoce la riqueza de las redes (Yochai Benkler). Que pone en evidencia que hay innovación hecha por profesionales cuya ocupación es innovar pero que también mucha e imprescindible innovación amateur. Y que ambas pueden y deben coexistir simultáneamente.
El fenómeno no es nuevo. Siempre ha habido innovación fuera del sistema educativo. Siempre ha habido “aprendizaje informal, marginal e invisible” (Cobo & Moravec), y siempre ha habido maneras diferentes de enseñar y de aprender, pero la diferencia es que ahora, en un mundo cada vez más global y homogeneizado, la tecnología nos ayuda a visibilizar lo marginal, atender lo particular y a conectar lo distante. Las tecnologías de la información y la generalización de la “cultura digital” hacen que, por primera vez, sea posible visibilizar, poner en valor y conectar toda esa innovación hasta ahora oculta e invisible.
 La tecnología nos ayuda a visibilizar lo marginal, atender lo particular y a conectar lo distante
Este proceso coincide además con un consenso cada vez mayor sobre la necesidad de transformar la educación, al tiempo que parece cada día más claro que esta transformación no surgirá desde los grandes proyectos de cambio, ni desde la anunciada innovación disruptiva, sino desde las pequeñas actuaciones de muchos.
Escribo al margen. George Perec
Escribo al margen. George Perec
La transformación no vendrá desde la tecnología, como tampoco será una consecuencia de nuevas leyes, ni estará liderada por las administraciones educativas. Cada vez parece más claro que el cambio solo será posible desde el impulso de las personas y desde la suma de muchas pequeñas actuaciones. Desde las acciones de cada profesor, desde su centro educativo y trabajando con sus alumnos. Las soluciones deberán llegar desde las pequeñas acciones, desde el trabajo diario y desde proyectos reales.
Nuestro atlas deberá prestar atención al territorio de la innovación tecnológica y al de la innovación metodológica y pedagógica. Y en este sentido es más válida que nunca la afirmación de que las tecnologías modelan las pedagogías y que las pedagogías modelan las tecnologías. Nuestro mapa deberá trazar también la ruta de la innovación organizacional (Alive in Swamp. Fullan & Donnelly. Nesta). Ni la innovación tecnológica, ni la pedagógica pueden existir sin innovación organizacional que favorezca estructuras más dinámicas, más flexibles y más abiertas. Deberá mostrarnos la innovación dirigida y planificada pero también la innovación azarosa y casual.
Las rutas y los caminos transitan distintas tradiciones y dan respuesta a diferentes necesidades. Algunas están centradas en las nuevas formas de aprendizaje, en cómo se están diseñando, pensando y construyendo los nuevos entornos de aprendizaje en la Red y cuál es el nuevo rol del profesorado. Hay otras ocupadas de incorporar el desarrollo colaborativo, el uso de las redes sociales, los nuevos dispositivos y el aprendizaje por competencias. Hay quien está explorando el territorio de los aprendizajes no reglados, el aprendizaje informal yla educación expandida. El aprendizaje sin aulas, desintermediado,  entre pares. O quien se preocupa más por la naturaleza cada vez más social y participativa del aprendizaje y los aprendizajes colaborativos.
Desde la perspectiva de la prospectiva y la tecnología hay numerosos estudios (Innovating Pedagogy 2012. Open University) que señalan hacia cosas como la flipped classroom, los moocs, la incorporación de los dispositivos móviles (byod), la personalización, la realidad aumentada, el aprendizaje basado en juegos, elaprendizaje adaptativo, el learning analytics (NMC Horizon Report. K-12. 2013 edition).
Five Golden Rings. Jeff Babbitt
Five Golden Rings. Jeff Babbitt
Nuestro atlas debe dar respuesta a cuestiones como el aprender desde los expertos, el aprender con otros, el aprender haciendo, el aprender explorando, el aprender investigando, el aprender practicando, el aprender evaluando y el aprender en cualquier lugar y en cualquier momento.
En todo caso, sean cuales sean las respuestas y las aproximaciones, parece claro que estamos en el momento de hacer micro-innovación educativa, microcirugía de aprendizaje, de dejar de lado las grandes operaciones, las grandes instalaciones y las grandes leyes para hacer Innovación educativa que desarrolle la innovación y la creatividad, mejore la calidad y la eficiencia de los resultados, favorezca el aprendizaje a lo largo de la vida y de la movilidad una realidad y que promueva la equidad y una ciudadanía activa.

¿Cómo se pueden crear nuevos espacios para la innovación?

Siempre hubo sitio para lo distinto, lo marginal, lo alternativo y lo crítico. Junto al orden siempre hubo desorden. Al lado de una academia siempre hubo un café donde debatir y, enfrente del laboratorio universitario y de las protocolizadas salas blancas de investigación, siempre hubo garajes donde innovaban otros y espacios donde se seguían otros protocolos. Frente a los expertos siempre hubo aficionados y amateurs. Junto a la metrópoli siempre hubo periferia. La innovación no siempre surgió donde se la esperaba.
En los últimos años, hemos presenciado el continuo descubrimiento de nuevas formas de crear, inventar y trabajar juntos. La Red se ha convertido en un espacio de encuentro entre personas con diferentes tradiciones y sensibilidades y en un espacio de serendipia y descubrimientos azarosos impulsados por la cultura de lo abierto, la colaboración y lo transversal. Un espacio de ensamblaje y creación posible gracias a las múltiples y no previstas conexiones que se dan entre personas, objetos y saberes provenientes de diferentes tradiciones, sensibilidades y trayectorias. Un mapa que conecta lo minúsculo y lo insignificante, lo raro y lo común. Lo periférico y lo olvidado.
Botadura del James Caird. Expedición Shackleton. 1916
Botadura del James Caird. Expedición Shackleton. 1916. State Library NSW
Los últimos años hemos asistido también al surgimiento de nuevos espacios caracterizados por ser al mismo tiempo lugares físicos y comunidades digitales, por ser transdisciplinares en su concepción, estar impulsados desde los ámbitos de lo público en ocasiones pero también desde lo privado, lo ciudadano y lo comunal. Nuevos espacios para innovar, para trabajar, para enseñar lo que uno sabe y para aprender de los otros. Nuevos espacios más aptos para abordar la naturaleza híbrida, compleja, local y situada de las cosas. Nuevos espacios que han explorado formas de producción, comunicación, relación, gestión de proyectos y aprendizaje colectivos. Lugares que valoran lo informal y se construyen sobre estructuras de organización descentralizadas.
En la Era de la desintermediación del aprendizaje es cuando el papel de los profesores cobra, si cabe, más importancia
Lo importante entonces sería ser capaces de crear los entornos y las condiciones para que esta innovación surja y, también, ser capaces de amplificarla, conectar un nodo con otro, escalar las nuevas redes de innovación que están surgiendo. Y esto es especialmente relevante en el ámbito de la educación donde cada profesor ha sido históricamente y potencialmente un centro de innovación pero un nodo en muchos casos aislado y desconectado, ignorado e invisible para otros.
La transformación digital trae consigo (lo hemos visto en muchos otros ámbitos) la capacidad de relacionar y poner en contacto nodos individuales o pequeñas redes de innovación, amplificando enormemente su alcance e influencia y provocando un efecto transformador en cadena. La transformación del sistema educativo parece entonces que sólo puede provenir de la creación de entornos que favorezcan y apoyen el aprendizaje en red y conectado. Por eso, pensar en los nuevos espacios para la innovación educativa, nos lleva a las personas. En la Era de la desintermediación del aprendizaje es cuando el papel de los profesores cobra, si cabe, más importancia. Y los nuevos espacios para la innovación educativa serán aquellos que mejor respondan a las características que estamos definiendo de apertura, conectividad, colaboración, horizontalidad, diversidad, relevancia (Connected Minds. Francesc Pedró). Espacios inclusivos, distribuidos y conectados. Espacios de comunidad y de contenidos. Flexibles y cambiantes. Digitales y físicos. Híbridos.
Fuente: co.labora.red

martes, 12 de agosto de 2014

Las mejores prácticas para aprender a programar por proyectos

El Aprendizaje por Proyectos es una de las metodologías líderes para fomentar el cambio y la mejora educativa. En el trabajo por proyectos hacemos del alumno protagonista de su propio aprendizaje, permitiéndole enfrentarse a desafíos, resolver problemas y trabajar con sus compañeros en un entorno autónomo, pero organizado y con un profesorado que asesora y evalúa durante todo el proyecto.
Por eso no es raro que profesores de toda España se estén lanzando a aprender a programar por proyectos mejorando la experiencia educativa de cientos de escuelas. ¿Cómo aprender?, ¿por dónde empezar? En nuestro proceso de curación de experiencias venimos seleccionando los mejores proyectos. Aquí te presentamos un grupo variado para todas las etapas, para que te atrevas a aprender desde Infantil a Bachillerato. Sin embargo, si quieres conocer muchas más no dudes en visitar: http://www.scoop.it/t/metodologias-de-curacion
Disfruta y aprende del mejor Aprendizaje por Proyectos con:
Para los más peques de Infantil y Primaria: http://arrugasapreciadas.blogspot.com.es/
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- “Apreciando arrugas” es un nuevo proyecto animado de la tribu 2.0 que entrelaza cine, vida y aprendizaje. Gracias al cómic y la película Arrugas, esta iniciativa organiza un elenco variado de actividades para acercar la realidad del envejecimiento, el ciclo de la vida, el cine, el desarrollo del cuerpo humano y las relaciones familiares en el marco de las competencias básicas.
“Apreciando arrugas” ha recibido premios tanto nacionales como internacionales y ha demostrado una intensa labor de aplicación práctica en el aula de todo lo propuesto. Ofrece un abanico variado de tareas para trabajar tanto desde el aula como desde casa, actividades como entrevista a tus abuelos, creación de un podcast o de una videoentrevista, reflexiones personales sobre la película, fotos con historia y muchas otras. Una apuesta por los proyectos, la tecnología, la familia, la tercera edad y el cine.
Para Educación Primaria: http://logiva1.wix.com/platero-y-yo
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- Este año se cumple un siglo de la publicación de la primera edición de Platero y yo. Por este motivo, la profesora Lourdes Giraldo Vargas ha creado un nuevo proyecto para su clase que además, se adereza con un fuerte componente colaborativo entre centros. Hasta el momento ya se han sumado más de 20 colegios componiendo un mapa de actividades que integra promueven el desarrollo de diversas competencias cognitivas (Lingüística, Musicales, Artísticas..)… y dispone de habilidades para buscar, obtener y comunicar la información de una manera creativa y utilizando distintas herramientas de la web 2.0. Todo ello organizado entorno al tema central de la obra de Juan Ramón Jiménez y guiado alrededor de la metodología del aprendizaje por proyectos, integrando las competencias para el aprendizaje en el siglo XXI y el contenido curricular. Por todo esto no es de extrañar que este proyecto haya sido reconocido por el Ministerio de Educación Cultura y Deporte de España con el Premio Nacional de Educación a los equipos docentes, en la modalidad de Proyectos de colaboración nacional en el ámbito de las TIC.
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-   Los alumnos de 1º de la ESO en el Colegio Nuestra Señora de las Victorias de Madrid nos invitan a un viaje interactivo a la Europa del Siglo XIX. Con escala en Madrid, Londres y París, los alumnos han dividido el trabajo por equipos con distintos blogs, narrando sus itinerarios de viaje, pero también de intenso aprendizaje, ya que en el camino han creado cómics, resúmenes, mapas, cuadernos de bitácora, vídeos, exámenes… y todo gracias a la integración de dispostivos tecnológicos con el apoyo del proyecto europeo iTEChttp://itec.eun.org/web/guest Este proyecto nos muestra un proceso completo de trabajo interdisciplinar entre las áreas de historia, arte, e informática, con la participación de expertos externos y una exitosa integración de la tecnología un proceso bien depurado y organizado de tareas en el marco del aprendizaje por proyectos. un buen ejemplo para aprender e incluso replicar.
Para los más mayores de Secundaria: http://congresofederico.blogspot.com.es/
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- El Congreso Federico García Lorca es un proyecto orientado a 2º de bachillerato que tiene el objetivo de proporcionar a los alumnos el marco adecuado para vivir la experiencia de un congreso desde todas sus perspectivas: la asistencia a conferencias, la aportación de ponencias, la organización del propio evento y, finalmente, la adquisición de conocimientos y el enriquecimiento que aporta la convivencia con alumnos de otros centros.
El proyecto destaca por el carácter interdisciplinar de las diferentes actividades propuestas. Los alumnos, a su vez ponentes y asistentes, son los verdaderos protagonistas de un evento de carácter fundamentalmente pedagógico y cultural, que organiza, de forma conjunta, el IES Príncipe de Asturias y el CEIPS Ciudad del Sol, de Lorca (Murcia).
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- Aunque hace unas semanas que ha concluido el curso de Aprendizaje basado en Proyectos del educaLAB del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, muchas de sus grandes creaciones están en presentes en la web. El curso tuvo como principales objetivo promover la capacitación del profesorado a través del diseño y puesta en práctica de proyectos de aprendizaje, así como generar dinámicas de reflexión y cambio en los centros educativos a través del análisis crítico de las prácticas educativas y el diseño de actuaciones educativas innovadoras. No te pierdas los resultados en el bloghttp://aprendizajeenproyectos.blogspot.com.es/ en su grupo de Facebookhttps://www.facebook.com/groups/ABPmooc/ o en twitter con el hashtag #ABPmooc_intef.
Fuente: Fundación Telefónica