sábado, 16 de abril de 2016

Visibilizar el aprendizaje

Por Esteban G. Santana Cabrera
Dicen que lo que no se comparte se pierde y no deja de tener razón esta frase si la aplicamos al entorno educativo. Y así piensan muchos profesionales de la educación como Fernando Trujillo, profesor de la Universidad de Granada que afirma en uno de sus artículos, titulado Los Proyectos Invisibles, que "hay proyectos invisibles que tienen lugar en el interior del aula pero que no trascienden más allá de sus paredes. Estos proyectos invisibles quedan en silencio porque los agentes implicados, normalmente un docente en solitario, no tienen o no han planificado una difusión a la altura de los esfuerzos de sus estudiantes y del propio docente". Visibilización. Esa es la clave. No solo por nuestro interés y el de nuestro alumnado, sino por el interés general, porque sin visibilización no habrá cambio posible en la sociedad.
Dejar que nuestros proyectos se queden en el aula o como mucho en el centro, no es nada positivo a mi entender.
En la visibilización del aprendizaje juegan en la actualidad un papel primordial las TIC y las redes sociales en particular. Roberto Arnau Roselló, en su trabajo titulado "El papel dinamizador de las TIC en el aprendizaje extracurricular: formación específica e innovación educativa" afirma con muy buen criterio que las TIC convierten la docencia universitaria en una tarea prolongable más allá del espacio del aula, ya que la visibilización de los resultados de la docencia es una labor en constante renovación para lograr hacer perceptibles las producciones tanto del alumnado como para el profesorado. 
Pero esto no se puede quedar solo en la enseñanza universitaria. A lo largo de la vida de cualquier docente se hacen cientos de proyectos que no se comparten por miedo al qué dirán, a ser juzgados por otros compañeros, porque pensamos que no le puede interesar a nadie. Pero esto no es así, en multitud de ocasiones, los verdaderos proyectos que cambian el mundo son los más sencillos. Y ahora me viene a la mente, como no podía ser menos, Roser Batlle y el aprendizaje-servicio, método que une el aprendizaje con el compromiso social. Ella está plenamente convencida de que el verdadero éxito de la educación consiste en formar buenos ciudadanos capaces de mejorar la sociedad y no sólo su currículum personal y que pueden contribuir a hacer un mundo mejor con pequeños proyectos que a buen seguro hacemos en nuestros centros educativos. Por citar algunos de mi entorno más cercano, está por ejemplo el proyecto que lleva el IES Jinámar donde su alumnado va a contar cuentos a otros niños hospitalizados o el  alumnado del IES El Calero que trata de difundir la ciencia entre los más pequeños del barrio, o los mismos del IES Cairasco de Figueroa con su proyecto Ondas por la solidaridad que tratan de llevar al barrio a través de las ondas de la radio un mensaje de solidaridad.
Está claro que estos tres centros, de los muchos que hay en Canarias, lo primero que han hecho es visibilizar su proyecto, su aprendizaje y esto les ha llevado a prestar un servicio a la sociedad, ayudar a los otros, haciendo ver que lo que han aprendido y hacen en el centro educativo tiene un sentido para ellos y ellas.
Creo que es tarea de todos y todas, docentes y familias, políticos y prensa, gestores y alumnado, hacer visible lo que se hace en nuestros centros educativos, por el bien de nuestro alumnado pero sobre todo por el bien de la sociedad.

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